Te dedico lo que podría ser pero no es.Te dedico la cantidad de kilómetros que están entre tú y yo. Te dedico esa conjunción "y". Te dedico esto, ya que sé que no lo vas a leer. Sé que no te apasiona la lectura tanto como a mí, por eso me siento libre de escribir aquí y ahora, cuando sé que dentro de cinco minutos me arrepentiré de hacer. Te pido que no me leas, que no pienses en esto que te dedico, porque quizás deje de ser lo más bonito de la ciudad. Si te digo que te echo de menos, no me hagas mucho caso, porque son esos cinco minutos (o en otras ocasiones, segundos) románticos los que hablan por mí. Me limito un tiempo, porque sé que podría querer más de lo que debo. Porque me tomo la confianza de imaginar. De vivir lo que podría ser pero no es. Pero no porque no quiera, sino porque no puedo. No puedo por miedo a que me destroces un corazón que no pediste, pero que igualmente yo te di. Y te dedico un corazón con cinco minutos románticos cada día.
Te dedico mis cinco minutos románticos del día. Y quizás, de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario