viernes, 27 de mayo de 2016

Stucky - Parte 1 (yaoi)

Bucky ha vuelto. Al fin tenemos noticias suyas. Natasha ha intentado impedir que vaya a por él, al igual que mi sentido común, pero no es el sentido común ni Natasha quienes mandan en mí.
He cogido el primer vuelo hacia Berlín. No he sido capaz de dormir nada en todo el viaje, mi cabeza daba demasiadas vueltas…¿habrá vuelto en sí? ¿Querrá verme? O mejor dicho, ¿seré capaz de mirarle a los ojos? Quiero creer que sí, pero cuando pienso en él, después de nuestra última pelea, no puedo concentrarme. 
¡No importa si  no soy capaz de mirarle! Solo quiero saber si está bien.
La voz de Sam me saca de mis pensamientos:
-Steve, Tengo dos noticias; una buena y otra mala.
-¿Cuál es la buena?- pregunto todavía un poco aturdido.
-He encontrado la localización exacta de James - La voz de Sam suena satisfecha, pero cansada.- Te la mando al correo.
Un tanto impaciente formulo la siguiente pregunta, posiblemente una de las más difícil de mi vida.-¿Cuál es la mala?
-S.H.I.E.L.D va detrás de vosotros. El jefe sabe que vas a rescatar a James. Ten cuidado, yo estaré vigilando.
-Gracias por tanto, Sam, sé que no ha sido fácil. No te preocupes por S.H.I.E.L.D, me las arreglaré...
-No me preocupa S.H.I.E.L.D, me preocupas tú. Steve, no sabes cómo va reaccionar cuando te vea, recuerda que es el soldado de invierno, ya no es el hombre que conocías.
-Sam, te equivocas, Bucky es mi amigo, confío en él… Él haría lo mismo por mí.- además, se lo debo, si es ahora el soldado de invierno es por mi culpa.
-Vale tio, estamos en contacto.
Sam corta la comunicación y yo miro inmediatamente el teléfono en busca de esa dirección. 
Al fin voy a verte Bucky. 
Cada vez estamos más cerca.

***

¿Quién soy? ¿Quién habla dentro de mí? ¿Hydra o yo mismo? Quiero creer que se trata de mí y no del soldado de invierno.
Es decir, James Buchanan Burnes.
Bucky, como diría aquel estúpido. 
No, no quiero acordarme de él, otra vez no. ¿Para qué me voy a acordar de él, si no voy a volver a verle nunca? Si nunca se lo voy a poder decir… Aunque sea eso lo único que quiero. 
Sí, yo soy Bucky, pero solo porque lo soy para él.
Miro las calles de Berlín e inmediatamente sé que algo no está bien, el ambiente está demasiado tenso para ser un día pleno y soleado. 
Tengo la sensación de estar buscando algo, pero ¿el qué? o peor aún, ¿a quién? 
Varias personas se me han quedado mirando hoy con gesto desconfiado, como si supieran algo de mí que yo no sé. De repente, me doy cuenta que un quiosquero lleva observándome fijamente durante un buen rato. Cuando le devuelvo la mirada, él baja la suya hacia el periódico más cercano y otra vez, vuelve a mirarme. 
¿Qué está pasando? 
Inmediatamente me percato de que algo no va bien. ¿Es Hydra otra vez? No, no puede ser, solo es un simple quiosquero. La curiosidad me mata, así que me acerco al quiosco y el hombre, al verme venir, se retira poco a poco entre las sombras. Alargo la mano y cojo el primer periódico más cercano. No, no puede ser. Leo mi nombre, mi nombre sale en el titular. 
¿Un atentado? ¿Pero qué demonios? ¿Wakanda? ¿Pero eso existe? Creo que Hydra me lavó demasiado el cerebro. Entonces, me fijo en la foto. Aquí dicen que soy yo, pero no es cierto. Yo estaba aquí, en Berlín. 
El pánico se apodera de mí y empiezo a desaparecer, quiero desaparecer, aunque solo tengo un lugar al que ir.


***

En este piso huele a Bucky, indudablemente, aquí vive Bucky. Empiezo a recorrer la casa; no hay mucho que ver. La cocina está integrada en el pequeño salón, apenas hay un sofá pequeño y un televisor demasiado antiguo. La siguiente puerta da al cuarto de baño, sorprendentemente espacioso. No puedo evitar sonreír al ver sobre el lavabo un pequeño kit de afeitado nuevo ¿por qué? Quién sabe, es como si esa cuchilla le diera un poco de normalidad a todo esta historia de locos. 
No me atrevo a entrar en la siguiente habitación, que solo puede ser el cuarto principal. No he venido hasta aquí para rendirme ante una puerta, abro de una vez. La cama desecha de Bucky me desarma por un momento. Bajo el escudo, todo está en orden. No está aquí, por desgracia. ¿Qué hacer ahora?
No necesito preocuparme por ello mucho más, el tintineo de unas llaves se escucha tras de mí. Repentinamente dudo, no sé si esconderme y sorprenderle o encararle ahora mismo.
Sus pasos suenan rápidos y tambaleantes por el pequeño salón, está nervioso. Sabe lo del atentado, estoy seguro. Su nerviosismo me tranquiliza, pues ahora estoy completamente seguro de que él no es el culpable. 
De un momento a otro entrará, así que me doy la vuelta y espero. 
Y ahí está Bucky, abriendo de un portazo. Nuestros ojos se encuentran. Su mirada es la de un hombre que acaba de derrumbarse. Yo, sin embargo, sonrío.
-¿Qué haces aquí? - consigue articular Bucky. Ahora lo repite gritando.- ¡¿Qué haces aquí?!
-¿Sabes quién soy? - esta vez no pienso dejarle ir hasta que me responda.
-No - responde rápidamente apartando la mirada. 
Miente, la felicidad me desborda, Bucky me recuerda.
-Bucky, te están buscando, tenemos que salir de aquí - digo mientras intento cogerle el brazo. Él me rehuye, sus ojos reflejan una mezcla de ira y miedo. Me sostiene la mirada con el ceño fruncido.
-Yo tengo que salir de aquí - me suelta desafiante.
No, no puedo permitirlo, le agarro del brazo con toda la fuerza que tengo.
- Bucky, por favor, escúchame. No dejaré que te hagan daño…
Antes de que consiga acabar la frase Bucky me asesta un puñetazo en la cara, haciéndome rodar por la habitación. Me levanto y preparo el escudo, deteniendo su siguiente golpe. Esta vez soy yo quien le arrea el puñetazo. Si no quiere venir por las buenas, lo haremos por las malas. Bucky se sujeta al marco de la puerta, eleva las piernas y me da una patada en el pecho justo cuando me acerco a agarrarlo. Antes de caer me aferro a una de sus piernas y cogiendo impulso pongo mi cara frente a la suya, dándole un cabezazo. Acabamos tirados en el suelo de la entrada, yo sobre él.
-Bucky, escúchame, he venido a ayudarte.
-¡No necesito tu estúpida ayuda!, ¡estúpido! - me agarra de los hombros y ahora es él el que está sobre mí. Me aprieta el cuello con su mano de Hydra. Sin apartarla, se yergue apoyando su rodilla izquierda en el suelo y su pie derecho a la altura de mi cintura. Con el otro brazo entre mis piernas, me levanta, poniendo mis caderas a la altura de su pecho. - ¡Vete, Steve! ¡Vete ahora!
Me quedo asombrado, ha dicho mi nombre… después de todos estos años vuelvo a escuchar la voz de Bucky diciendo mi nombre. Me relajo, puedo respirar de nuevo, ya ni siquiera me importa que me mate ahora mismo. Él también se ha dado cuenta y mira hacia otro lado sin soltarme aún. 
Ojalá este momento no acabara nunca. Cierro los ojos y sonrío.
-¿Por qué sonríes, estúpido?
Un zumbido estrepitoso rompe nuestro intento de conversación, balas, las balas de S.H.I.E.L.D. La madera de la puerta nos golpea. Bucky se levanta y salta sobre el primer agente que ve.
Bucky, no vayas a matar a nadie! - le grito desesperado levantándome de un salto. Cojo el escudo y voy tras él.
Pero Bucky, que acaba de derribar a otros dos agentes me mira con pasmosa tranquilidad.
-No voy a matar a nadie, estúpido


SEGUNDA PARTE  >>>>>>>>>>>>>>>> Stucky - Parte 2 (yaoi)

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